Pastor Diego Forero
Jonás 4:1-4
“Esto hizo que Jonás se sintiera muy enojado. 2 Se quejó de ello ante el Señor: ―Señor, esto es exactamente lo que pensé que harías, cuando todavía estaba en mi tierra y me dijiste que viniera a Nínive. Por esta razón hui a Tarsis. Yo sabía que eres un Dios compasivo, misericordioso, que te cuesta mucho enojarte y que eres lleno de bondad. Yo sabía que con facilidad dejarías la idea de destruir a este pueblo. 3 Señor, es mejor que me mates; prefiero la muerte antes que la vida, porque nada de lo que les anuncié ocurrirá. 4 ―¿Crees que es correcto que te enojes tanto por esto? —le respondió el Señor.”
Un elemento esencial que alimenta nuestra fe es la firme convicción de que el amor de Dios no tiene límites. Cuando comprendemos la grandeza de este principio, avanzamos hacia nuevos niveles en nuestra fe. El amor de Dios es tan inmenso, que desciende a cualquier profundidad para salvar a alguien; llega a cualquier extremo para rescatarlo. Él puede amar a quien haya caído a lo más bajo y salvarle en su momento de mayor necesidad, cuando se encuentre en su estado más lamentable. Para Él no hay límite ni extremo al que no llegaría para salvar a una pobre alma perdida con Su amor infinito y Su misericordia ilimitada. Él desciende al nivel de nuestra necesidad.
El mundo actual en el que vivimos parece ser similar al pueblo de Nínive del que nos narra el libro de Jonás. Pecado desenfrenado, drogadicción, alcoholismo, exaltación a las libertades sexuales, abuso infantil, aborto, pornografía, divorcios, terrorismo, anarquía, dictaduras despiadadas, amenazas de guerras, explotación de los indefensos, apartados de Dios, etc., todo esto era lo que pasaba en aquellos tiempos. Como cristianos, al ver tanto odio y degradación humana, muchas veces pensamos que es necesario que el justo juicio de Dios caiga con todo su peso sobre todas estas naciones pecadoras y desobedientes. ¿No es así?
Sin embargo, esos no parecen ser los pensamientos de Dios. Aunque el odia el pecado, todavía quiere que todas las personas procedan al arrepentimiento para el perdón de sus pecados. Así o expresó el Apóstol Pedro cuando dijo: “En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan.” (2 Pedro 3:9 - NTV)
En la historia del libro de Jonás vemos tres enseñanzas muy importantes que nos llevan a entender cuál es el papel de la iglesia de nuestros tiempos.
1. LA SOBERANA VOLUNTAD DE DIOS SIEMPRE SE CUMPLE.
Hebreos 13:20-21 (NBV)
20 El Dios que da la paz levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por medio de la sangre del pacto eterno. 21 Que él los capacite en todo lo bueno para que hagan su voluntad; y que, por medio de Jesucristo, Dios haga en nosotros lo que le agrada. Que Jesucristo reciba la gloria por siempre. Amén.
2. EL AMOR DE DIOS ES ILIMITADA.
Efesios 2:4-7 (NBV)
4 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto 5 que, aunque estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos dio vida con Cristo, pues solo por su gracia somos salvos. 6 Además, nos levantó con Cristo de la tumba y nos hizo sentar con él en los cielos. 7 Esto lo hizo para demostrar a las generaciones venideras la incomparable riqueza de su amor, que en su bondad derramó sobre nosotros por medio de Cristo Jesús.
3. DIOS QUIERE USARTE PARA LLEVAR SU MENSAJE DE AMOR Y SALVACIÓN A TODAS LAS PERSONAS.
Jonás 3:1-5 (NBV)
Entonces el Señor le habló de nuevo a Jonás: 2 «Ve a la gran ciudad de Nínive y comunícales el mensaje que te voy a dar». 3 En esta ocasión Jonás obedeció y fue a Nínive. Nínive era una ciudad muy grande, tan grande era que se necesitaban tres días para recorrerla. 4-5 Cuando entró Jonás el primer día a la ciudad y comenzó a predicar, el pueblo se arrepintió de sus malas obras.
PARA DISCUSIÓN EN LA CÉLULA
¿Alguna vez has sentido deseos de que Dios destruya a la gente mala?
¿Te ha rescatado Dios de alguna situación difícil en tu vida?
¿Podrías decir con tus propias palabras cómo te ama Dios?
¿Cómo podrías expresar el amor de Dios a otras personas?
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